“La sexualidad en pacientes oncológicos pasa totalmente a segundo plano cuando se tiene un diagnóstico de cáncer. El pensamiento se centra sólo en su enfermedad y deja totalmente de lado su vida previa a la dolencia”, dijo el psicólogo clínico del CR Alivio del Dolor y Cuidados Paliativos, Daniel Silva Araya, en la reunión clínica correspondiente al viernes 15 de julio de 2022.

El especialista fundamentó su afirmación tras entrevistar a seis pacientes, tres mujeres y tres hombres con diagnóstico de cáncer y con tratamiento de cuidados paliativos, cuyo objetivo general fue describir las vivencias y significados de la sexualidad en personas diagnosticadas con un cáncer avanzado y progresivo durante el año 2021.

La metodología utilizada en la investigación fue cualitativa, con construccionismo social, se recabaron los relatos de vida e historias en torno a una temática y tiempo determinado con un enfoque biográfico, criterios de selección, muestra intencionada con entrevistas semi estructuradas y análisis de contenido.

Daniel Silva explica que los pacientes al momento de ser diagnosticados enfatizan su dimensión biológica, priorizan en aspectos psicosociales frente a la enfermedad y la dimensión sexual del proceso es comúnmente excluida de la consideración de la experiencia misma de la enfermedad. Acontece que el tema sexual pasa a no ser relevante por lo que hay pérdida del interés; un cuerpo que no puede y solo es importante en ciertos grupos la sexualidad.

“Luego de que se diagnostica la enfermedad se forma la identidad como un paciente oncológico y es aquí que se disuelve la persona y su historia, emerge un paciente, un tumor, un protocolo, un número de ficha y de cama, y cuando pasa a ser un paciente oncológico paliativo prioriza sus pensamientos en la importancia de la supervivencia. Aparece el ciclo naturalizado de la terminalidad, de la agonía y de la muerte, sus grandes temas y asuntos pendientes”, expuso el profesional.

Previo al diagnóstico los hombres y mujeres entrevistados comparten en su conjunto:

  • Naturalización del sexo como universal, a-temporal y a-histórico,
  • Cuerpos sexuados desde los marcadores del sexo (genitalización) y el género como parte del mundo social, contextual, histórico y cambiante,
  • La importancia de la homosociabilidad y
  • Tendencia a la heteronorma frente a la vivencia del género.

En la vivencia de los hombres se constataron coincidencias en que el sexo marcaba la pauta por sobre el género; existía una identidad corporal sexualizada anclada en la fuerza-virilidad, y las prácticas sexuales genitalizadas tienen preponderancia de normativas no consensuadas.

En tanto en la vivencia de las mujeres las coincidencias fueron tendencia a cuestionar el rol de género, mixtura entre la heteronorma y no-heteronorma y la inclusión de prácticas sexuales no genitalizadas.

Durante el diagnóstico comparten en su conjunto a la enfermedad como un cuestionamiento existencial, adaptarse a una nueva identidad oncológica, y la identidad corporal se ve impactada tomando protagonismo.

Como reflexión final el especialista dijo que: “la enfermedad tiene un impacto en la vivencia sexual, esto es una experiencia importante en las personas diagnosticadas, quedando los pacientes invisibilizados en sus diversas performatividades sexuales. Como desafíos queda el diálogo con otras disciplinas en torno a la temática, investigar frente a otras vivencias de enfermedad, integrar la cosmovisión y ética del investigador en el proceso”.

*Para revisar la presentación de hoy puede enviar un correo a comunicaciones@incancer.cl para solicitarla.